Por: Aarón Sánchez
¿Si pudieras pedirle algo a tu artista preferido, qué le pedirías? La respuesta más común es un autógrafo. Esa rubrica, muchas veces indescifrable, que puede aumentar el valor de un objeto hasta cantidades exorbitantes.
En internet circula un video de la primer visita de Radiohead a México, segunda si contamos los misteriosos conciertos de 1994, en la cual la agrupación sale de un hotel en la colonia condesa. Los fans de la agrupación se acumularon mientras cada integrante salía del edificio y se subía a una camioneta. Una fan logra que Jonny Greenwood reciba un poster, que conserva. Ninguno se detuvo a dar un autógrafo. Colin sería la excepción, al días antes ser el único en salir a plasmar su rúbrica.
En 2012, las cosas no cambiarían mucho. Esta vez la agrupación se hospedaría en uno de los hoteles más importantes de la ciudad ubicado sobre Avenida Reforma. Sin embargo, los fans tardaron en enterarse de dicha elección de hospedaje. El primer día, Colin Greenwood volvería a salir y conocería a los pocos que, victoriosos, acertaron en la ubicación del quinteto. Los días pasarían y la historia se repetiría, la agrupación no saldría a dar autógrafos.
Paranoid Android es la última canción que ha tocado Radiohead en México. Aquel 18 de abril en el Foro Sol. La canción resonaría por un par de horas, tal vez más. Tanto que la agrupación hizo eterna la espera afuera del hotel, tras aquel concierto. Éramos 20 personas a las 2 de la madrugada y llegó la primer suburban. El mayor de los Greenwood bajó de la camioneta y entró directamente al recinto. La reacción orilló a varios fans a dejar el lugar. Minutos después Jonny llegó, y repitió la escena desalentando aún más a los admiradores deseosos de conseguir al menos una firma. Al llegar Phil Selway, únicamente saluda desde lo lejos y se adentra al edificio. Esperar a que Yorke u O’Brien llegaran a las 4 de la mañana y cambiaran el panorama parecía imposible.
Dieron las 4:30 de la mañana cuando llegó Thom, sólo para dar un rápido vistazo y alcanzar al resto de la banda en el hotel. Todo estaba perdido. La noche se consumía y nuestro pesar se acrecentaba. Pero sería cuestión de segundos para que el tour manager de Radiohead saliera y pidiera guardar todas las cámaras; ya que sólo bajo esa condición el cantante accedería a salir a conocernos. De los 100 fans que llegaron a reunirse a las afueras del hotel en los días anteriores, quedábamos solamente 6. Los que ahora lo conoceríamos.
Lentamente, Yorke salió y se acercó a nosotros. Algunos no lográbamos asimilar lo que estaba sucediendo. Lo primero que pude decirle a Thom Yorke al tenerlo de frente fue: “Can I give you a hug?”. Sí, mi reacción inmediata al conocer a una de las personas que más admiro fue pedirle un abrazo. No lo razoné, simplemente lo dije y él accedió.
Puede que sea agradecimiento lo que se encuentre detrás de esa acción, un cariño, un todo. Sí, tengo todavía mi Ok Computer autografiado por Yorke. Pero lo que más rescato de esa noche fue ese inolvidable impulso de pedirle al cantante de una de las bandas más grandes del planeta un abrazo.